Desde que la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) asumió el rol de regulador en 2015, el país ha vivido una especie de purga académica: decenas de instituciones han sido cerradas por no cumplir condiciones básicas de calidad. Y eso ha cambiado el mapa educativo, pero también el destino de miles de estudiantes.
La diferencia entre una universidad licenciada y una no licenciada no es solo legal. Es estructural, ética y práctica. Afecta la validez del título, el acceso a becas, la posibilidad de colegiarse, la empleabilidad y, en muchos casos, la autoestima del estudiante. Porque estudiar en una universidad que no cumple estándares mínimos es como construir una casa sin cimientos: puede parecer sólida, pero no resistirá el primer temblor.
Qué significa estar licenciado por Sunedu
Licenciarse no es un trámite administrativo. Es un proceso técnico, riguroso y público. La Sunedu evalúa si una universidad cumple con ocho condiciones básicas de calidad, entre ellas:
- Objetivos institucionales claros y coherentes
- Planes de estudio actualizados y pertinentes
- Docentes calificados y contratados formalmente
- Infraestructura adecuada para la enseñanza
- Mecanismos de investigación y mejora continua
- Servicios de bienestar estudiantil
- Transparencia en la información institucional
- Políticas de gestión académica y administrativa
Estas condiciones están detalladas en el Reglamento de Licenciamiento Institucional, y su cumplimiento se verifica mediante visitas, revisión documental y entrevistas. No basta con tener aulas y alumnos. Hay que demostrar que se enseña con calidad, que se investiga, que se protege al estudiante.
Qué implica no estar licenciado
Una universidad que no obtiene el licenciamiento debe cesar sus actividades académicas. No puede admitir nuevos estudiantes, y debe garantizar la continuidad de los estudios de quienes ya están matriculados, mediante convenios de traslado o planes de cierre supervisados por la Sunedu.
Según el registro oficial de Sunedu, al cierre de 2025 existen 100 universidades licenciadas en el país. Las que no lo lograron —como la Universidad Privada Arzobispo Loayza o la Universidad Peruana de Arte Orval— están en proceso de cierre. Y sus estudiantes enfrentan un limbo académico que no se resuelve con buena voluntad.
Comparación entre universidades licenciadas y no licenciadas
| Aspecto | Universidades licenciadas | Universidades no licenciadas |
|---|---|---|
| Reconocimiento oficial | Sí | No |
| Validez del título profesional | Nacional e internacional | Limitado o nulo |
| Acceso a becas y créditos | Sí (Pronabec, Beca 18, etc.) | No |
| Posibilidad de colegiarse | Sí | No en muchos casos |
| Infraestructura y servicios | Evaluados y aprobados por Sunedu | No garantizados |
| Docentes contratados formalmente | Sí | Variable |
| Transparencia institucional | Obligatoria | No supervisada |
| Continuidad académica | Estable | En riesgo |
Fuentes: Sunedu, El Comercio
La diferencia no es solo legal. Es estructural. Estudiar en una universidad no licenciada es como construir una casa sobre arena: puede parecer sólida, pero no resistirá el primer temblor.
¿Por qué algunas universidades no logran licenciarse?
Las razones son múltiples. Algunas no tienen infraestructura adecuada. Otras no cuentan con docentes calificados. Hay instituciones que operan sin planes de estudio actualizados, sin laboratorios, sin bibliotecas. Y en ciertos casos, el problema es más profundo: modelos de negocio que priorizan el lucro sobre la formación.
La Sunedu no evalúa ideologías ni trayectorias. Evalúa condiciones. Y si una universidad no las cumple, no puede seguir funcionando. No por castigo, sino por protección al estudiante.
¿Qué pasa con los estudiantes de universidades no licenciadas?
El Estado ha establecido mecanismos de traslado para que los estudiantes afectados puedan continuar sus estudios en universidades licenciadas. Pero el proceso no siempre es sencillo. Hay diferencias curriculares, costos adicionales, pérdida de cursos. Y, sobre todo, incertidumbre.
Muchos jóvenes se enteran tarde. Cuando ya han pagado pensiones, cuando ya han invertido años, cuando ya han hecho planes. Y entonces descubren que su universidad no tiene licencia. Que su título no será válido. Que su esfuerzo no tiene respaldo.
¿Cómo verificar si una universidad está licenciada?
La Sunedu publica una lista actualizada de universidades licenciadas en su portal oficial. También se puede consultar el estado de licenciamiento de cada institución, la resolución correspondiente y el tipo de gestión (pública o privada).
No basta con confiar en la publicidad. Hay que verificar. Porque en Perú, estudiar en una universidad sin licencia es como comprar un pasaje sin destino.
¿Qué impacto tiene el licenciamiento en la calidad educativa?
El licenciamiento no garantiza excelencia, pero sí establece un piso mínimo. Permite que las universidades compitan en condiciones razonables, que los estudiantes tengan acceso a servicios básicos, que los títulos tengan validez.
Es una política pública que busca ordenar un sistema que durante años funcionó sin control. Donde cualquiera podía abrir una universidad, imprimir títulos y cobrar pensiones. Hoy, ese modelo está en retirada. Y aunque el proceso ha sido conflictivo, el resultado es más justo.
¿Qué universidades han perdido la licencia recientemente?
Según El Comercio, en 2025 siete universidades no lograron obtener el licenciamiento y deberán cerrar. Entre ellas:
- Universidad Privada Arzobispo Loayza
- Universidad Peruana de Arte Orval
- Universidad Privada de Tacna (en proceso de cierre)
- Universidad Peruana Simón Bolívar
Estas instituciones deben garantizar el traslado de sus estudiantes, pero el proceso es complejo. Y muchas veces, los afectados no reciben información clara.
Una decisión que no se toma a la ligera
Elegir dónde estudiar es una de las decisiones más importantes en la vida de un joven. Y hacerlo en una universidad licenciada no es garantía de éxito, pero sí de legalidad, de respaldo, de posibilidad.
Porque en Perú, donde la educación superior ha sido históricamente desigual, el licenciamiento es una forma de ordenar el caos. De proteger al estudiante. De decir, con claridad, que no todo vale.
Y aunque el proceso ha sido largo, y las resistencias muchas, hoy el país tiene un sistema más transparente. Más exigente. Más justo.
Una universidad licenciada no es perfecta. Pero una no licenciada es, casi siempre, una promesa rota. Y en educación, las promesas rotas se pagan con años. Con frustración. Con silencio.
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